miércoles, 26 de mayo de 2021

“Breve ensayo” ¿El sufrimiento moral y el dolor son exclusivos del humano?




 Breve ensayo 

 (Acerca de los animales; más concretamente el mono  o simio)

Muchos alzan su voz y dicen;  los animales son los animales; hay que dejarlos de lado;   de ellos nos separa el lenguaje, etcétera, etcétera;  pero  es necesario revaluar nuestro comportamiento, el que nos separa muchas  veces de estos;  ese que nos hace bestiales, incluso más que ellos. Es en esa instancia   que me pregunto:

¿Hasta dónde es buena la  intervención del hombre,  en la naturaleza, sobre todo dentro de  las hordas de simios salvajes o no, los monos,  de los cuales la evolución nos muestras que son nuestros primos hermanos?

  La intervención humana es buena   y más que eso,  necesaria; siempre y cuando sea para ayudar, para enaltecer al ser del otro ¿Cómo así al ser del otro, estamos hablando de animales?  ¿Y acaso nosotros no lo  somos? Si.  Estos seres tan inteligentes  también son sujetos del ser  y del hacer.

 Pero  muchísimas  gentes se están valiendo  de su dolor, de su sufrimiento, que no es ningún drama  fútil, para llenar sus bolsillos. Son como buitres al acecho,  del  sufrimiento de estos pobres animales,  para enriquecer sus arcas. Es decir los explotan. Es más. Muchos disfrutan torturándolos.

Cuando el ser,  que se dice humano, me refiero en general a la humanidad;  actúa en contra de la dignidad de otro ser humano y de  estos,   para obtener ganancias y dinero; está cometiendo uno de los peores crímenes hasta ahora conocidos  ¡Claro eso no es nada nuevo!

¿Entonces?

Entonces según estas cosas que  se suceden;  tendríamos que  re- pensar el concepto  de sufrimiento moral,  también en los animales; pero es que,  al igual que el animal hombre,  el animal  no hombre; también tiene un cuerpo y sufre; tiene un cuerpo que lo hace sufrir obviamente y no  solo es,  por lo básico, la comida, que ya es bastante, el hambre no da tregua;  también la enfermedad.

 ¿Pero tienen conciencia los animales o es solo un privilegio del hombre?

Pero lo moral (El sufrimiento)  aquí  apunta   a un sentimiento de  desamparo , de  falta de cobijo; es decir de ayuda  y no solo primaria,  sino también en otros sentidos; pero se deshace , ese querer  ser amparado  y amparar ;  cuando  se experimentan  sentimientos  de soledad, de abandono, de  impotencia; esas mismas cosas, que estos seres también  vivencian, y  dentro de ese medio hostil,  en donde habitan.  Esto en sentido general,  como hordas de tribus y también  como criaturas, sintientes e individuales.

¡He ahí!   El punto de encaje, de engranaje dentro de esa escala evolutiva, y que algunos que se dicen ser humanos,  patean, destruyen descendiendo   así,   en la escala primordial.  ¿Cuál es el punto de encaje?

  La pandemia afecto de un modo u otro no solo al ser,  que se dice humano; a la persona que se vio a si  misma vulnerada, frágil;  sino también a la naturaleza animal, a todos en general,  pero más que todos los otros animales; al mono; simios.  Porque seres que se dicen humanos se aprovechan de ellos, entre otras muchas cosas. Y los pocos que ayudan,  ya quizá no lo hacen, por motivo de la pandemia.  ¿Digo no? 

Con esto,  deberíamos plantearnos  entonces,  que el sufrimiento y el dolor; no son algo exclusivo del ser,  que se dice humano, del hombre; por supuesto que estas criaturas,   no  poseen una estructura compleja del manejo del lenguaje,  en sentido  conceptual. 

Lo que   no podríamos afirmar  tampoco,   es que  este   animal   sea un ser del pensar.

  (Pero tampoco algunos  que se dicen humanos lo han desarrollado o cultivado)  aunque mal que bien, el humano, si  podría llegar a ser un  ser del pensar.  De hecho lo es, aunque demuestre a veces lo contrario.  

Pero es obvio,  que   todos los seres  vivos,  sufren y experimentan dolor, dado que tantos unos como otros,  estamos expuestos a muchas cosas,  que tenemos  en común. Ellos y nosotros, estamos metidos en el hábitat,   de un planeta y de una naturaleza,  en extinción.  

De manera  que esto,  hay que re- evaluarlo  y hay que colocarlo  dentro de un concepto,  que eleva también al animal  a ser,  un sujeto del dolor  y del  sufrimiento y  también del goce o del deseo;  si se puede decir así. ¿Pero por qué  hablar del animal y meterlo  en  esto?

 Porque hay algo que el ser,  que se dice humano, no debería  perder  y es esa  conexión primaria, que tiene  con la naturaleza animal.

  La conciencia de ser  y del  ser, del hacer,  en sentido universal.  ¿Eso quiere decir que los animales tienen conciencia? Todos los animales la tienen,  así sea,  de un modo primario, pero la tienen.

Además del instinto claro. ¿Entonces en que radica esa conexión?  Radica  en saber que ellos y nosotros,  somos parte  de un orden, de un  gran conglomerado  de cosas,  que mantiene la armonía de un  orden natural y manifiesto. ¡Claro que  también se encuentra  el caos!  Pero ese caos,  tiene   un orden.  

 Y  dado que  también,  la conexión psíquica,  no es solo,  un privilegio del hombre; que se dice hombre; en el más alto sentido de especie como tal.

 Allí  en esa  conexión,  encontraría aquello,  que lo hace alguien humanamente posible. Es decir, que  lo hace descubrirse   a sí mismo,  como un ser de la vida y para la vida.    Más no para la muerte.                                       

EL sufrimiento,  el dolor,  sea cual  fuere la causa; NO ES ALGO EXCLUSIVO  DE LA HUMANIDAD  COMO TAL. Ahora,  la angustia  si pareciera ser,   exclusiva del Humano que sufre o que se angustia y además,   que capta esa angustia; es decir,  esa nada y que  se ve a sí mismo como un ser de angustia o para la angustia.  En esa mera captación,  está implícita la conciencia del ser y del no ser.

  Pero en todo caso,  es imposible  no ver también  el sufrimiento del animal, del  mono, del simio…

Todos los animales sufren. Todo lo que vive y respira  sufre. 

 Notita: Aunque esta nota,   aquí no sea necesaria la publico.

 Si bien aquí,  no se maneja un lenguaje genérico, de  género;  hombre, mujer,  es porque se considera   innecesario;  dado  que   lo genérico,  queda  adherido  a lo general, donde no hay límites de género. No siempre y según la particularidad del texto  o del lenguaje empleado, es necesario,  hacer uso de lo genérico.

 Para  la muestra un botón: dada la universalidad del lenguaje.

Beatriz Elena Morales Estrada  © Copyright

 


                                               

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