lunes, 12 de septiembre de 2016

 
CONVERSACIONES CONMIGO MISMA
Hace muchísimo tiempo me preguntaba ¿Cuál sería mi verdadera vocación? Y pensaba que hay cosas, que solo se nos develan con el tiempo y sentía que era necesario volver al punto, en donde la rueda de la vida comenzó a generar el movimiento y pensaba que incluso todo, debía de tener alguna justificación o explicación.
Equivocada o no; así pensaba y llegada a este punto. He sentido una gran decepción ¡Cuanta bufonería! Pero vea usted amable lector, quizás nos hemos preocupado demasiado por los resultados y hemos ignorado, los caminos tortuosos, los procesos tenaces, por los cuales, uno llega a ser lo que es; lo que cada uno es, lo que somos y en esos procesos, juega un papel muy importante las instituciones, de toda índole y claro; no podemos dejar de lado el sentido de la educación; la educación, por medio de ella se somete, a la bestia humana, se le induce al raciocino, se la somete, a la mansedumbre y en fin; atraves de ella, se no ofrece, en pequeñas cantidades, una poción que dosifica, nuestro musculo pensante.
Un jarabe dulce, que consumimos a cada instante. Bombardeo de imágenes.
Y si, ciertamente, un camino es el hombre, un sinsentido, lleno de sentido y de significaciones, tanto, de manera particular, individual, como general, en ese todo, de la humanidad…
¿Pero y que pasa con eso?
No obstante; el hombre, es un ser que se repite, en su historia, en la cultura, una y otra vez oscila en el aparente vacío de la nada; y rueda y rueda, como un arlequín, sobre un mismo punto.
Nos jactamos del progreso que genera la ciencia y la cultura, nos jactamos si, y sin embargo esta, oculta un germen, un virus que esta incubado en nuestra sangre y que esta agazapado como una hiena, detrás del brillo de las luces de neón y de los cerebros que manejan y manipulan el poder en todo mundo.
¿Cuándo se despertara nuestra conciencia?
Pare, pare ya de hablar ¿Qué cosas dice? ¿Qué pretendes con esto? Nada, tiene usted razón amble lector; me he puesto demasiado trascendental y eso, eso no es bueno, ya que hay devaneo, de materia gris en movimiento y eso, quizá, no sea precisamente lo que usted buscaba…
Por ahora esto, no es ninguna conclusión, de la que pueda jactarme; no para nada y de otro lado, en este instante, no tengo la certeza de nada, de manera, que este pensamiento se desliza, hacia un lugar del pensar, en donde el sentido de la significación, y su significante, apenas comienza su recorrido por entre peñascos, que van más allá de los sentidos y del ojo que mira en frente suyo, la imagen proyectada una y otra vez en la misma dirección …
Veo que mira usted el reloj, si es cierto, suenan las horas, como campanadas y memo apura, y nos parte en dos, y suena convertido en un silbato , quizá tan solo es una absurda locomotora, que nos llevara al río de las cosas, en donde una llama en una pequeña cueva, oscila de allá para acá y viceversa…
Pero mire usted, mi reloj, está a punto de detenerse y me parece que estoy justo a entrar en el gran silencio, no el silencio, de los silencios, no claro que no…
Y esta telaraña, que el destino ha tejido para mí, aún no concluye, por cuanto es menester, volver al punto mismo del origen. ¿Si se da cuenta? volvimos a lo mismo...
Pero señor, no se moleste; no me refiero a su destino, por cuanto es usted mismo quien lo está obstina mente releyendo y no podemos, concluir que sea exactamente, el mismo y sin embargo el alado pensamiento, que se instala en la cima de las cosas; me dice que hay algo dentro de lo cual usted y yo nos parecemos…
Beatriz Elena Morales Estrada©.


No hay comentarios:

Publicar un comentario