martes, 15 de febrero de 2022

Dos ejemplos de la poesía lírica griega: Arquiloco de Paros y Safo

 



Asignatura: Literatura Griega

Facultad de ciencias humanas

(Recuentos breves.)

Unas palabras para estos dos  poetas.

 Dos ejemplos de la poesía lírica griega: Arquiloco de Paros y Safo

Beatriz Elena Morales Estrada

Resulta un poco difícil  tratar  remontarse a la antigua Grecia  y a la organización social y política de ese entonces. El primer periodo de Grecia estuvo bastante influenciado por la épica, por la gesta guerrera, en  el primer periodo de la Grecia; donde el lirismo de Homero, fue  indudablemente de una grandeza tal…

La Ilíada y la odisea; maravillosas obras; nadie como él, para llevarnos a ese mundo encantado  lleno de aventuras y de héroes legendarios. Un poco más adelante, nos encontramos con Hesíodo, cantor de la poesía pastoril   y gran descubridor de los secretos de la naturaleza, nos encontramos en ese periodo, en donde todavía la gesta guerrera, la epopeya, marcaban los más grandes ideales de la antigua Grecia. A la par que se daban los cambios sociales y de la política, la poesía tomaba un tumbo diferente. Los griegos siempre le cantaron al ideal de la comunidad, el civismo, dado que era la unidad; el  ideal griego de la polis, el ideal grupal de los griegos; eso era la más pura inspiración y lo pudimos comprobar con Tirteo y Calimo, cuyos contos,  estaban siempre dedicados a exhortar los más nobles sentimientos de amor a la patria . Pero situemos ahora en el tercer periodo, en el comienzo de la lírica griega  y de la prosa, en donde ya el fervor nacionalista había mermado un poco debido a los cambios políticos.

 La lirica tiene ahora  a ser, más personal, más expresiva, más íntima y llegamos entonces al año 600 a. de cristo. Con Arquiloco  de Paros del siglo VII, hijo de un noble y una esclava, que por su pobreza tuvo que andar errante  y se instaló en la isla de Tasos, a la espera de una mejor fortuna. Arquiloco  infortunado   en amores;   fue el creador del Yambo. Arquiloco hombre terriblemente apasionado, que tuvo que desempeñar el  oficio de soldado, a quien  el mismo se atribuye el calificativo de mercenario,  pero cuya felicidad  máxima, era la poesía,  en donde este desplegaba todo su talento, pero más que eso, estaba la elocuencia   de un alma apasionada, nacida por el dolor y el infortunio. Un hombre de una naturaleza tan sensible y bella, no podía encajar en un mundo griego, en donde los valores exaltaban el amor a la guerra  y a interese políticos; con los cuales él,   no se encontraba de acuerdo. Este no tenía cabida allí; su mundo era otro, era el de la vida, el del amor, el del eros; pero la moral, le obligaba a sentirse esclavo de la diosa Hera; la diosa del matrimonio.

Arquiloco  encontró en las costumbres de los nobles,  solo bajeza y suciedad y nada de heroísmo noble  y la decadencia de los valores griegos. Solo eso y nada más. En Tasó  este  conoció el amor de la hermosa  Néobula, pero que para su desdicha, en complicidad con su padre Licambe, incumplió su promesa de matrimonio. La imposibilidad de realizar este amor hizo que     en sus yambos desarrollara la más terrible de las venganzas: El deshonor.

 Licombes  y su hija fueron expuestos a la burla pública, debido al encono de Arquiloco.

Se dice que a veces del dolor más hondo, nacen los más bellos sentimientos del alma; esta,  que en sus profundidades casi inconmensurables, tan difícilmente  incomprendida, logra a veces la transparencia de esa diversidad de sentimientos   que la inundan. Y si el amor es parte esencial de ella, el odio no lo es menos,  dado que pareciera ser que en el ser humano,  se hallan  por decirlo de algún modo, entremezcladas estas pasiones del alma. Pero, hay que decirlo, que este, cayó en la más baja forma de las pasiones.

 Era este hombre un inconforme de su mundo, un desertor de la guerra. Un cínico realista, que supo ponerle un poco de humor negro a sus versos. Ejemplo de ello, es esta estrofa: “siete son los muertos que a la carrera alcanzamos, y los matadores somos mil…”   Algo muy  real y tenaz en verdad.

El escudo y la lanza eran para él, solo un medio   de subsistencia  comía el pan negro y bebía el vino  apoyado en su escudo, en su lanza.

Si bien el alma individual de la  cultura griega se enorgulleció del heroísmo legendario de Homero y de la Epopeya,   el yo lirico de  Arquiloco,   fue en cierto modo ese mismo héroe; pero cuyo ideal no era precisamente el de la diosa Ares; a quien consideraba cruel y digna de temer; su ideal vuelvo y lo repito,  fue el del amor,  el de Eros; dada su alma sensible y poética;  aunque,  luego concibió  fue,  la venganza, cayendo así,  en lo  mismo que a él,  le precia herrado,  horrible.  

Probablemente Arquiloco, fue un redomado cínico, un enemigo mordaz, pero fue al mismo tiempo un hombre que supo amar intensamente.  Al lado de Arquiloco de Paros, pero con  algunas diferencias cronológicas, nos encontramos con un  espíritu  semejante a este,  pero con una pasión más sutil   y delicada; nos encontramos a la poetisa  Safo; figura legendaria de origen noble, desdeñosa de la guerra  y gran servidora de la diosa afrodita, la diosa  del amor.  Ella fue indudablemente  una poetisa que supo  ver, o mejor aún sentir que al lado del ideal  de los dioses heroicos, de los valores masculinos, yacía un alma huma na,  intensamente femenina y delicada, cuya sutileza solo podía ser  percibida, vivida, contada por  la diosa del amor.

Así ella inmortalizó  el amor de las amigas,  en sus cantos poéticos; solo un espíritu sensible  y fecundo como Safo sabia amar y plasmar sus más hondos sentimientos  y deseos  en el papel.  Criatura nacida para ser sacrificada en el más bello de los deleites,  es el amor. Pero ella sabía que el conocimiento,  solo se enriquecía a partir de cada experiencia intensamente  vivida. Solo la mujer conoce el secreto del amor; eso nos diría;  talvez ahora Safo.  Y es que solo la mujer según ella,  puede  amar el objeto de su pasión,   con tan deseada ternura,  y con tan prodigiosa sutileza de sentimientos.

 Afrodita y Eros no fueron  elementos externos  a ella; estos estaban incorporados a su ser mismo.

 A Safo se la puede considerar maestra, sacerdotisa, ya que ella pudo serlo realmente; y la prueba de ello es que se la comparo con el mismo Sócrates, en el arte de la enseñanza. Las amigas a las que ella enseñaba eran muchachas venidas de     diferentes regiones y las cuales se debían preparar en las diferentes artes de la sociedad, se debían preparar  para  ser mujeres y madres.

En esos momentos, la cultura griega tuvo un florecimiento tan grande, que varias escuelas de literatura se abrieron,   para dar parte a la mujer, como parte integrante de la sociedad griega; esas escuelas eran llamadas Thiasos  y Safo que estuvo al frente de la mejor escuela tuvo que competir con Andrómeda  entre otras muchas; al parecer esta costumbre de preparar a las muchachas para el matrimonio, no era un  patrimonio  de la cultura helena sino  que también otros pueblos antiguos tuvieron en cierta forma, un rito de iniciación antes de la boda.

Toda la filosofía de Safo, se halla encajada  en el  amor de Afrodita; que es el saber vivir, Su amor hacia  el grupo de amigas, era  la fuente esencial de todo su sentir, de todo su más delicado sentimiento al apego de la amistad de estas muchachas, a las cuales debía prepara para dejar la virginidad y estar dispuestas a un esposo.

Safo fue  madre amantísima y en ella encontramos un velo de ardiente llama  de amor transparente  y fraternal. Al lado de las Thiasoli, los hombres tenían una ocupación diferente,  la de la política por supuesto, la de la guerra, la cultura Helena, era esencialmente un homenaje a los valores masculinos.

Los oficios de los hombres eran considerados de mucha mayor importancia, en cambio a las mujeres,  se las consideraba improductivas y holgazanas. Muchos poetas le cantaron al amor y a la mujer.  Tenemos a  Helena,  una de las más sobresalientes,  a ella se la disputaban Aquiles y Héctor,  este último era  el  hermano de Paris, el raptor de esta; Héctor  quería   devolverla a su marido Melelao.  Muchos poetas compararon a la  mujer; presentándola  dentro de una concepción Zoomorfa. Se decía, que la mujer solo sirve para proporcionar placer al marido  y nada más. Pero  solo fue Safo, la que verdaderamente supo captar ese mundo, esa alma  femenina,   tan rica en ternuras y sutilezas  y solo  ella supo cantar  magistralmente  a la belleza de las muchachas, uniendo armoniosamente en un hilo,  la corporeidad física,  con la sutileza espiritual de esa alma fémina. Y tenía que ser así, pues Safo, no solo era poeta; sino que también eran mujer y a su paso, todo el velo oculto de la sabiduría y de la belleza, se abrían paso, tal como si fuesen retoños primaverales.

La mujer cobra vida y representación  social al lado de Safo. Arquiloco al igual que Safo supo expresar muy bien   y hondamente sus más íntimas emociones, pasiones; ambos son seres atormentados por el fuego del  dolor y de la pasión. En ellos, la bestezuela dormida,  de eros, los inunda con terrible fuerza. Para ellos Eros, es un dios ardiente, desolado y escurridizo, que sabe dejar en los labios y en la piel, el sabor agridulce de lo más amado; de ese dulce néctar que se saborea, y es  como un terrible veneno  y que  parece ser,   los llenaba de escalofrío la piel; pero que a la vez,  es tan cálido  y aun así,  para ellos, era mejor morir,  sintiéndolo, que no teniéndolo.   Tal es el sentimiento amoroso  de estos poetas.

Coincidieron en lo  mismo; cundo así se expresaban:

Safo decía dulcemente:

… Preferiría ver su gracioso andar  y el claro destello de su rostro   y no los carros de los lidios y sus jinetes que luchas con sus armaduras.

 

Y Arquiloco orgullosamente mostraba  su rechazo al escudo:

Algún sayo alardea con mi escudo, arma sin tacha que trans un matorral abandoné a pesar mío. Puse a salvo mi vida

¿Qué me importa el tal escudo?

  ¡Váyase al diantre! Ahora adquiriré otro no peor 

Arquiloco de Paros,  cuyo nombre nos remonta al yambo, cantor de las musas; no podía acomodarse dentro de los valores guerreros, pues si bien,  la diosa de la guerra era  digna de temer, en ella,  él  no encontró la trascendencia de sus ideales; sino más bien un oficio difícil,  cuya finalidad era mezquina y baja: “Porque a Tasos  confluyo toda la basura de Grecia”   

Aquí bien pudiera  verse  reflejada la   realidad de esa guerra  política, de nobles, en el cual, este,  se vio involucrado muy a su pesar.

 Y safo tampoco encontró,  en un mundo  completamente masculinizado,  el ideal de su sentimientos. No encontró en el mundo de los hombres  y de la guerra, la realización de sí.  Todo su único encanto reside, es  en la presencia de ese ser amado. En ese mundo de la femineidad; allí no faltaban ni los aceites,  ni los adornos… El mundo de las amigas, en donde la poetisa era la madre, la guía, la maestra.  Era en suma,  el alma esencial de todas ellas. Eros y afrodita jugaban entre las   danzas   y rondas de los cantos de las amigas, al calor de la noche y lejos de la crueldad de la guerra.

Y si bien Arquiloco expresa de una manera individual el odio, el amor; Safo va todavía más allá   del simple hecho,  en ella la poesía es una fuente transparente, que emana de su propio ser como un riachuelo encantado. Veamos entonces una muestra de su poesía:

“Viniste, hiciste bien te anhelaba a mi lado. A ti que enfriaste  mi corazón ardiente de deseo”   Y este otro:

“Pero a mi  eros me ha sacudido los sentidos como un viento de los montes que cae entre los robles.

Y otra vez el paralizante eros me tuerce y me dobla, el inexorable monstruo agridulce.

Esa misma ansiedad penetrante la encontramos   también expresada en Arquiloco: “Tal ansia de amor me envolvió el corazón y densa niebla derramo sobre mis ojos robando del pecho el suave sentido. Pero el perturbador seseo me domina  y no me cuido de yambos ni placeres. Ojalá  que pudiera tocar la mano de Néobula y caer presto a la acción sobre el odre   y aplicar el vientre a vientre   y mis muslos a sus muslos.

En Safo el deseo es más cristalizado, va más allá del simple hecho, su verso es de una pureza más natural y en el lenguaje de Safo, su alma misma se deja venir como un  pájaro  herido. En ella la pasión se deja sentir de un modo más liviano, tal como si flotara.

Tal es la poesía;  la poesía de estos dos poetas.

Beatriz Elena Morales Estrada ©

 

Asignatura: Literatura Griega

Profesor: Hernán Botero abril 18 de 1989

 (Libro: La  diosa: Enalio Gres)

  

 

 

Juan Jacobo Rousseau. Rousseau y la profesión de fe

 



Asignatura: Seminario de Rousseau 

Juan Jacobo Rousseau

Rousseau y la profesión de fe

(Una lectura breve, acerca de la obra de Rousseau  y la profesión de fe del vicario saboyano- libro cuarto) 

La profesión de fe del vicario saboyano comienza con esta apreciación:

“Hijo mío no esperéis de mi ni palabras sabias, ni profundos razonamientos. No soy un gran filósofo y me preocupo poco de serlo…”

Área Filosofía

Si tratáramos de indagar un poco acerca de esto; encontraríamos, que detrás de esta negación hacia la filosofía,  se encuentra una afirmación; la afirmación de un filósofo que pretende revertirse de sacerdote, cuya actitud hacia la filosofía,  o incluso hacia la religión; es asumida en el sentido más profundamente filosófico. Pero ese sentido filosófico debe ser mirado dentro de una actitud, actitud que asume el cura saboyano de  “Religiosidad”  y respeto; dado que la filosofía es para  él,  aquello que tiene que ver con la búsqueda del destino  humano y su lugar dentro de un orden perfectamente establecido, y que es lo que realmente debe darle sentido a la existencia humana. Es por eso que la filosofía para Rousseau, es la búsqueda de aquello que es bueno, verdadero y útil, pero esto,  solo se da como resultado de un proceso evolutivo  de la naturaleza humana y por supuesto, solo se gesta desde la infancia, en un continuo avanzar de la conciencia y que solo alcanza su plena madurez, a partir de cierta edad determinada. Vamos a ver entonces que también esta afirmación es irónica, en tanto apunta hacia la filosofía y hacia los filósofos de su época, en tanto según él la filosofía y los filósofos desconocen la naturaleza de las cosas y solo se basan  en la mera opinión, en ellos, no brilla el deseo de acercarse a la verdad; si no solo la mera ostentación de la apariencia, que en resumidas cuentas, no es más que pura vanidad; de ello se deduce según este, que hacen aparecer como verdad aquello, que es solo producto de la imaginación y de los sentires de una época que ha perdido su esencia más íntima ; pues se halla inmersa en el sensualismo y en el materialismo …  (Si al igual que ahora)  Es por eso que para Rousseau; la filosofía, las ciencias y las artes, lejos de ayudar al hombre a perfeccionar  su verdadera naturaleza solo lo empuja más y más a la  depravación y al vicio. Estas ciencias corrompen el progreso humano pues se hallan demasiado  lejos de la verdad.

“El principio fundamental de toda moral… “

Es que el hombre es un ser naturalmente bueno, que ama la justicia y el orden; que no existe nada en  el corazón humano, más concretamente  en sus orígenes,  que lo ligue al mal, a lo perverso y que los instintos primarios  de la naturaleza son siempre justos.

“He mostrado la manera en que aquellos se gestan  y he seguido por así decirlo, y he demostrado que los hombres se convierten finalmente en lo que son,  por la alteración sucesiva de su bondad original.”  (IV. 935 -6)

¿Pero que es entonces la verdad para Rousseau? 

Si partimos del principio Rossiniano  de que el ser humano es naturalmente bueno, de que la naturaleza original de este,  es acorde a las leyes de la naturaleza; que son el orden y la justicia,   encontraríamos que toda verdad o aproximación a esta deberá partir necesariamente del estudio y de la observación de la naturaleza misma; solo  así es posible llegar a comprender  lo que esto significa; pero veamos en primera instancia los pasos que  el Vicario Saboyano debe recorrer para descubrir esta verdad , en primer lugar existe en él,  la convicción  profunda de que la naturaleza habla al ser humano  a  través de la conciencia y que ella no está en ningún modo  sujeta  a las leyes  de los seres humanos, dado que estas son arbitrarias …. Su voz, la de la naturaleza dice,  es la voz de la inocencia; lo cual significa que para la mayoría de los seres humanos, que no se han habituado a ella, les es difícil reconocerla y hasta aceptarla; sin embargo un  espíritu reflexivo, puede llegar lejos; si sabe cómo  cultivarla 

La verdad es algo que no puede reconocerse fácilmente,  ya que las mismas instituciones, las leyes impuestas por los hombres  y la misma filosofía,    se han encargado de oscurecerla. Era necesario,  entonces que Rousseau conforme comprendía que todo lo que lo rodeaba,  solo era un  acercamiento  a la verdad; nunca esta, dado que solo estaban  basadas  en opiniones; casi,  que parecía un caos sin dirección especifica; se llenara de una incertidumbre tremenda, hasta llegar a ese estado de duda, que Descartes, exige, para llegar a la búsqueda de la verdad, lo  cual el espíritu de Rousseau no soportó  por mucho tiempo , pues era preferible creer  en algo, antes que permanecer en ese estado. Una de las razones por la cual, el ser humano no puede alcanzar la verdad, es la insuficiencia del espíritu  humano y la segunda el orgullo; tenemos pues que inteligencia e imaginación se opone, en tanto, la imaginación es producto del orgullo,  y es la que da origen a esa mar de opiniones y de sentimientos.

 (Y ahora en la actualidad,  sí que hay gentes que solo opinan,  sin digerir siquiera lo que leen; las redes sociales,  están llenas de estos; ¡Ay!  Cuán necesario es el discernimiento en todo  y esto sí que falta…)

Continuemos entonces:

 “Aun cuando los filósofos estuvieran en situación de  descubrir la verdad ¿Quién de ellos se interesaría por ella? …”

De manera que la búsqueda de la verdad, exige de un estado interior, bastante fuerte, en el sentido de la convicción, elemento que solo se da a partita de la conciencia; la conciencia como un sentimiento innato y a su vez como un instinto; así la conciencia es algo que puede  y debe ser cultivada, en tanto que  ella obedece a leyes, a principios que son universales. Pareciera ser,  que existen según Roseau dos principios en el ser humano; un activo y otro pasivo; no estoy  segura de que  esta última interpretación sea así; en tanto el hombre, el ser humano  es poseedor de  un principio de autodeterminación. Se es activo cuando se piensa, se compara, se juzga.  Ahora bien, el ser humano existe en relación a un todo que lo  configura y cuyos límites escapan al entendimiento humano, todo en ese basto y gran universo obedece a una inteligencia ordenada.

 Pero dado que el ser humano, a medida que ha ido ingresando, a la vida civilizada, a la sociedad organizada, ha ido perdiendo esas capacidades innatas, ya que la historia de la humanidad, es casi que la historia de su degradación  y esclavitud; no podríamos decir que en Rousseau el ingreso a lo  social determina básicamente la caída del hombre, pero si creemos que al ingresar este  a la sociedad    y sobre todo a la sociedad pervertida por el falso gusto y l mera opinión; “se da una pérdida de la naturaleza humana real”  , lo cual quiere decir,  que esa “perdida” podría conllevarlo a reconocer, quizá, que  el sentido de la finalidad humana es  verdaderamente,  el llegar a ser bueno y útil, dentro de un contexto ideal de la realidad , como el interés común , y esto solo se lograría a partir de la acción moral ; pero no en vano encontramos en la filosofía Rossiniana una estrecha relación entre la educación y la filosofía; dada esta última como principio de acción, que determina la sustancialidad de la educación basada en la búsqueda de la verdad , de lo que es bueno y útil ; dado que parece  ser evidente que toda  acción creada,  dentro de ese mismo ámbito determinaría,  una finalidad de la , y hacia la naturaleza humana, que para Rousseau solo tiene su plena madurez,  en la edad en que el ser humano,  está dispuesto y preparado; por decirlo así, para sumir su existencia dentro de una sociedad determinada.

Es en ese sentido que la  “pérdida”   de la conciencia o de su esencia más interna puede representar ganancia; la naturaleza es lo que debiera ser, en el ser humano; es decir, que habría que distinguir entre  lo que es real en el ser humano y aquello que no lo es; de aquello que ha sido creado desde afuera  e introducido en su naturaleza, pervirtiéndolo, de tal forma que la filosofía y la educación deberán servir para educar al ser humano, para en enseñarle a tener una nueva naturaleza,  que lo ayude a perfeccionase,  en el sentido de la evolución de la naturaleza,  que debe llegar a  descubrir su esencia divina.

 La filosofía Rossiniana  es pensada dentro de una visión  de progreso,  en relación al destino humano.

Diríamos entonces que lo que rige a la naturaleza humana,   es de origen divino y la “misión”  de la filosofía, en estrecha relación con la educación,  es ayudarle al ser humano a descubrir su verdadera naturaleza; y no obstante el propósito   de  Emilio, personaje del  vicario saboyano “Es el estudio de la condición humana” basada en principios establecidos a partir de un análisis de la naturaleza humana    en sentido filosófico; sin embargo hemos de determinar que la búsqueda que Rousseau  emprende por la verdad, está establecida a partir de principios nacidos del  sentimiento interior, de la certeza de la existencia de Dios y la de un sujeto pensante; es decir que la certeza, está determinada no por la fuerza argumentativa del opinar ; si esto es así    o no ; sino por el sentimiento como  un estado del yo , del sujeto pensante , lo que conllevaría a la verificación de unos principios morales, que a su vez son universales  (Caramba y eso es lo que más falta,  también en la actualidad) pero  prosigamos … ¿Pero qué es lo que determina que esos principios morales sean? A la pregunta de Rousseau de ¿Quién soy yo? ¿Qué derecho tengo a juzgar las cosas, y qué es lo que determina mis  juicios? 

Se da una primera verdad como respuesta y es que  “yo existo”, por lo tanto si existo tengo sentimientos y sentidos por los cuales yo soy afectada, he allí entonces que la mirada, debe volverse al instrumento del que quiere hacer uso, pero como un sinnúmero de sensaciones están afectando continuamente a este sujeto pensante sea, hombre o mujer; Rousseau se pregunta si el yo,  es algo   al margen de esas sensaciones. Si las sensaciones ocurrieron en los objetos  y no en mí, yo  no sería afectada, es por lo tanto que las  sensaciones y los objetos, no  son la misma cosa, o sea que el yo, es independiente de los objetos, por lo tanto las relaciones entre los objetos, la ideas, son el resultado de un proceso activo del pensar, juzgar y comparar. Esto establece naturalmente algo, que para Rousseau  es fundamental, en su disputa contra los filósofos  y contra el sensualismo  a saber esa fuerza del espíritu que es  independiente de la materia, que es el principio activo de la inteligencia, o de aquello que determina el pensar.

 ” Solo sé  que la verdad está en las cosas y no en mi espíritu que las juzga y que cuanto menos de lo mío  ponga en los juicios que sobre ellas hago más seguro estaré de acercarme a la verdad ; de este modo mi norma de entregarme al sentimiento más que a la razón queda confirmada por la razón misma”

Aquí vemos el absoluto convencimiento de Rousseau, del sentimiento de la mente, más que de la razón , de la conciencia más que del instinto animal , ya que el ámbito  de las ideas , y de los objetos , es el afuera por decirlo así, de la naturaleza humana, en donde la razón se establece , en base al entendimiento humano …

 Ya que el ámbito  de las ideas, y de los objetos, es el afuera por decirlo así, de la naturaleza humana, en donde la razón se establece, en base al entendimiento humano… y no a la misma naturaleza.

“Pero pecaríamos  de ceguera si dijéramos que la razón actúa aislada de la conciencia, la razón no puede  existir aislada de la conciencia, ni de otras facultades  humanas porque la razón se volvería nula y vana” Ya que existe un impulso vital que empuja a la naturaleza humana a actuar de una manera crítica en situaciones difíciles. Para llegar a la verdad de las cosas, los sentimientos deben ser cultivados y la razón vinculada la conciencia, le ayuda a mar aquello que es bueno, verdadero y útil La razón está vinculada a un  principio universal;  mas no  así, la razón teórica, La razón juega un papel importante, en tanto ella es para Rousseau la  luz #primitiva”  que da claridad  y luz a la conciencia.

De tal manera, que paralela al desarrollo  de la conciencia, la moral, va surgiendo, en la personalidad del hombre, pero esto no se da de la noche a la mañana, sino que obedece a todo un proceso… La moral es parte de la naturaleza original del ser humano y tiene que ver con ese principio establecido por el vicario saboyano: De  que la causa de las cosas n o está en las cosas mismas, sino en una voluntad superior,  poderosa y sabia  y cuyos atributos   engrandecen más la obra del universo y agrandan el alma del ser humano; es pues ese sentimiento moral el que es innato, mas no la idea del bien,  en sí mismo…

El bien vendría a ser,  como una consecuencia del amor de sí, pero el amor de si, se opone al amor propio; el egoísmo se opone a la justicia.

”Al meditar sobre la naturaleza del hombre, creí descubrir en ella dos principios distintos, uno de los cuales la elevaba al estudio de  las verdades eternas, al amor por la justicia y la belleza moral   … Mientras que el otro  al rebajamiento de sí mismo,  la sometía al imperio de los sentidos, a las pasiones que son sus ministros y contrariaba con ellas todo lo que le inspiraba el sentimiento del primero”

Existe un elemento que es vital en la filosofía de Rousseau y es la voluntad consecuencia que se sigue del ser activo y pensante,  la causa que determina “que mi voluntad sea” es la misma que determina mi juicio, y lo que determina mi juicio es la inteligencia, por lo tanto solo la capacidad de elegir, me hace libre, pues me hace amar  el bien  y desearlo; comprendiendo esto,  puedo  comprender la fuente de la sensibilidad,  que es la capacidad de sentir. De allí se deduce el porqué de la insistencia de Rousseau de conocer la verdad en el desarrollo de la naturaleza humana, hacia una fuente primordial  de la existencia que es la inteligencia ordenada  y sujeta a leyes y a principios  universalmente establecidos. La moral no obedece a principios morales o valores establecidos desde afuera o  por la voluntad arbitraria y caprichosa de los seres humanos; sino  a  leyes.  Los fenómenos naturales se ajustan a esa mismas leyes, de igual manera el sentimiento de si, se desarrolla de acuerdo a el conocimiento de nuestra personalidad, de nuestra naturaleza en un avanzar ordenado hacia formas  más complejas de la naturaleza humana, en su progreso hacia la evolución.

La libertad determina  la acción del hombre, del ser humano  y esto encaja perfectamente en lo planteado por Juan Jacobo Rousseau, cuando afirma que “Vivir no es solamente respirar,  sino la acción,  el movimiento, lo que pone en acción las capacidades innatas que se encuentran adormecidas  en la conciencia; así el principio de toda acción es la voluntad de ser libre y dueño de sí mismo, de allí se deriva ese principio que es inmaterial en el hombre y que por lo  tanto conlleva a la libre  autodeterminación; pues si todo está bien en la naturaleza ; no es esta y mucho menos  quien la pervierte ; sino el ser humano con sus acciones mal encaminadas. Ahora bien el pensamiento de Rousseau acerca de que la fuente  primordial  de perversión y conflicto humano radica; no en la naturaleza original del ser humano; sino en sus gustos y hábitos, le lleva a concluir que todo efecto tiene su cusa y a poner en evidencia el concepto de que la palabra necesidad,  no quiere decir nada  y que esa acción está mal administrada, lo que hace que el conflicto entre lo social y el alma, se agudice cada vez más. La discordia entre lo social y el alma obedece no a las pasiones sino a  la falsa necesidad que tiene el humano de someter a su congéneres al yugo de la esclavitud,  la sumisión a una voluntad arbitraria y caprichosa, al egoísmo que se opone a la justicia  y por lo tanto al amor de sí.

“El mal moral es de modo irrefutable,  obra nuestra   , y el mal físico no sería nada sin nuestros  vicios que nos lo han vuelto sensible”

En todo caso el mal no es obra de Dios; sino del hombre mismo; Dios ha dispuesto las osas de tal manera, que la naturaleza está bien organizada  y construida; tanto es así que el ser humano tiene el poder de hacer el mal; es decir libre albedrío  yes en este punto precisamente en donde se fundamenta la acción moral; dado que si este humano no tuviese la capacidad de actuar mal; jamás conocería la virtud; la virtud es el resultado del poder, de saber utilizar la  facultad del entendimiento, en la libre elección , por ende no se alcanza la virtud , si no se  tiene el poder de actuar mal .

Beatriz Elena morales Estrada ©

 

Universidad de Antioquia. Facultad de ciencias humanas. 1995