jueves, 30 de septiembre de 2021

Brevedades




Brevedades:

Notas:

 La brutalidad e insensibilidad en nuestras  acciones,  nos hacen perder el plano de lo divino humano.  ¿Por qué?

 

Según las dimensiones  íntimas de cada uno de nosotros; hay direcciones del alma,  en que esta, pierde su conexión  al cielo; digamos,  que hay, determinados procesos corporales, que hacen  que ella,   pierda su alas.  La conciencia,  al ser  la expresión de ese,  sino  experimental; va estableciendo lo selectivo, de un modo silencioso,   que casi el individuo no lo capta o percibe instantáneamente.

De allí surge,  eso que llamamos singularidad y del cual,  algunos piensan,  que tiene también,  un origen bilógico; al igual que la tolerancia, lo cual  es  muy respetable.

 Según el tipo de experiencias erróneas o no, que vivenciemos  nos vamos alejando o acercando a una realidad reñida,  con el escepticismo  de algunos,  que solo ven,  lo que de plano,  se les presenta ante los ojos y nada más.

  O bien,  ven tan solo lo que les conviene.

Esa realidad,  que es la  que nos conecta con la divinidad y que es precisamente la condición que nos va adecuando a descubrir nuestra verdadera esencia,  llevándonos a ese nivel superior; que es,  lo que nos separa,  de la conducta bestial  e instintiva de la naturaleza cruel  e  inhumana.

 Y no solo el ser humano capta,  esa realidad por medio de la razón; sino también del corazón que le sirve de a temporizador, por decirlo de alguna manera;  para filtrar  por medio de la conciencia,  aquello que no es  humanamente “correcto” ; me refiero a las conductas monstruosas, insensibles, que tenemos con nuestros congéneres y con los otros seres vivos y como hablamos supuestamente aquí , en este escrito de seres, de personas psíquicamente   “sanas”; creemos  que la elevación  de la conciencia,  nos podría llevar a dar  un salto cualitativo,  y hasta cuantitativo,  en la escala de la evolución espiritual ; es decir para  reconocernos, sabernos,  como hijos  de Dios. Y de saber entender,  que en el contexto del padre creador;  el padre no es un mito; sino una realidad,  que nos  hace semejantes  al ser, de los seres.

Pero es una semejanza, que nos tenemos que ganar  y ganar,  con nuestras acciones, que ennoblezcan  nuestra, también, condición  de  seres humanos,  verdaderamente humanos.   ¡Oh por Dios! Valga la redundancia. 

 Sin embargo habría que ahondar más en este asunto.

Beatriz Elena Morales Estrada© Copyright

 

 

 

viernes, 10 de septiembre de 2021

Brevedades La rosa, la forma y la esencia



Brevedades

La rosa, la forma y la esencia 

 

Y si amas la rosa,  tus ojos,  se dejan caer sobre de  ella con ternura

Y si amas la rosa,  acaricias sus pétalos con ahínco, con fervor.  

Y la contemplas con tu mirada, como temiendo dañarla, hasta con el roce de tus dedos

La miras y para  ti,  es un prodigio sin comprender.

Y con suavidad tenue, tu mano se desliza y sientes,  el punzón de algo que rompe tus carnes. 

Y entonces  sueltas  la rosa con brusquedad,  asustado y herido y te concentras,  en la  gota de sangre que sale  de tu dedo.

Es decir,  solo piensas en ti, en tu afición, en tu ego.

Horrorizado   te miras  y  no te has dado cuenta, que has lanzado a la  rosa al suelo,  en donde luce ajada,  golpeada   y abandonada…

Tú, que temías hacerle daño ¿Acaso iluso no te has dado cuenta, que ya se lo has hecho, al lanzarla lejos de ti?

Porque si amas a la rosa, debes  aprender a amar   también sus espinas, son tan pequeñas…

¿Qué es una gotita  de sangre en tu dedo  comparado con  la belleza  de la rosa?

Es porque piensas,  que la perfección de la rosa esta,  es   en su forma,

pero la belleza de la rosa,  no solo está en su forma, sino también en su   esencia , en sus pétalos; en ello radica su perfección…

¿Iluso,  no te has detenido  a pensar que sin las espinas,  la rosa,  no es menos  perfecta?

Las espinas,  son parte de la perfecta armonía de la rosa…

La protege. 

He ahí, el secreto encanto de las cosas.

De manera tal,  que la rosa, en apariencia,  es solo la representación  de la forma, y la forma lo es, de lo multiforme.

 La forma misma, es lo frágil y más allá de lo visto o lo que representa, está  la esencia y la esencia es  Dios.

 Y que así como la imagen, que tus ojos contemplan,  es solo una  representación  del pensamiento;  así la rosa,  es solo,   la representación efímera de aquello,  que realmente es…

Pero un ser prosaico,  jamás se detendrá a pensar en estas cosas,  solo querrá desflorar  la rosa o destruirla  y ya.

Y quizá,  un ser culto ¿Pero qué tan culto? Mejor sería decir;  un ser sensible,  tierno,  se detenga a pensar en ello… Solo,  tal vez. 

Ni un poema   y menos  una prosa, definen lo que es perfecto, pero sí, es,   al menos,  un roce, una caricia,  que acerca la ternura…

Y que lleva a sentir la grande presencia y sí,  eso  es una rosa

 ¿Qué pues podrimos decir de ti humano cuya semejanza,  debería acercase a la de Él en tu hacer, en tus acciones? Pero lo niegas en su totalidad.  

Lleva la rosa en tu corazón,  te ayudara a encontrar tu verdadera esencia; pero  recuerda, que  no es la rosa, que  tan solo  es una forma,  de las formas,   y hay tantas formas, tantas, comenzando por ti y así,  en el otro, en los otros,  aprenderás a ver, esa magnífica presencia, que no se basa en lo aparente, o en lo intrascendente del momento;  sino  en  hallar   lo que realmente Es.

¡Quita tu ceguera y ve más! Mira más  allá de tu nariz.   

 

Beatriz Elena Morales© Estrada