sábado, 20 de abril de 2013

Del lenguaje y sus voces


                                  
                             

                                 Del lenguaje y sus voces

Lo  peor que le puede pasar a un ser humano es no hallar asidero en el mundo de los mortales  y  en cuento a los inmortales todo  ha sido dado a través de la palabra como el lenguaje que desnuda y a su vez arropa. Es el lenguaje la casa vista desde el aire por un cumulo de sinsentidos y también el sentido solo es  hallado  en el origen y quizás también donde esta yo y donde esta el ello impersonal y oscuro, más el yo, debe pluralizarse  por cuanto que  quien no lo hace esta condenado al egocentrismo mas oscuro

 

Entonces deberá colgarse una soga al cuello y arrojarse al mar. Pero es que el mar mismo tiende a singularizarse  en la presencia  y la presencia muchas  veces es un vano  discurrir y trascurrir –Pero también escuchar las voces que nos hablan, esas presencias que adoran hablar y gritar a los cuatro vientos sus palabras para no morir disueltos  en un mar.  Y son disolutas sus palabras que se trasmutan en el cuerpo del lenguaje, como viejas presencias que continúan,  porque quien oye el lenguaje oye las voces y quien oye el lenguaje escucha su propia voz desmembrada y desmenuzada  hasta el infinito. Quiero gritar pues grita y rompe las ataduras de tu garganta hasta caer como un escuincle desmembrado y pálido. ¡Lo ves! el lenguaje es inquietante y tiene tantas voces trasmutadas en la garganta del que sabe escuchar mas allá de los pasos que se pierden detrás de las puertas… Y es que las puertas de la casa que  a veces se puede mirar desde arriba , se suelen cerrar a quien no busca en el jardín  las flores que están sembradas ya hace tiempo y es que esas flores dan frutas y frutos  a veces amargos y otras dulce amargos pero frutos al fin y al cabo. El secreto esta en buscar el jardín ingrávido y sin  demora sembrar allí un cumulo de palabras que han sido antes nutridas en la perfecta esfera del ser  y del no ser. Entonces es mediante eso que tus desnudos pies encuentran el asidero y por  ende logras avanzar sin miedo y aunque tengas miedo el lenguaje prodigo y generoso y que ha sido sesgado  y desmenuzado te produce una acogedor a estancia. Pero afuera terribles son las pléyades de la vana esperanza  y aunque en tu estancia el pensamiento suele nutrirse y quedar bien alimentado cuando se ha alcanzado una buena cosecha, en el afuera esta  el peligro, afuera de la estancia es en donde se encuentran los  moradores peligrosos, los que beben y comen de tu palabra y luego la vierten contra ti como pezuñas- Pero el lenguaje es el asidero de los valientes  ¿y entonces? Y entonces hay que levantar la cara y dejar que la lluvia  fértil, no la mala,  caiga como remansos  sobre tu cara y entonces creo,  tendrás a tu gusto que saltar y danzar fuera de las efemérides y  entonces también aprenderás a volar, mejor aun aprenderás  a caminar sobre la cuerda floja de la desidia  de quienes no se han nutrido del origen,  allí en donde esta el jardín,  el yo y el ello oscuro como una habitación cerrada y abierto  como una ventana al infinito. He allí el cofre, la caja de pandora, la casa oculta de los tesoros  ¿Tiene sentido acaso? Comenzara  a comer del fruto prohibido, entonces quizás será un  inmortal con los dientes apretados y la mirada en sinfonías  y con los ojos desorbitados bailaras y bailaran y tu  en tu jardín adentro, adentro ello.  Afuera el otro, lo otro. 

         Beatriz Elena Morales Estrada
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